[tabs titles=”Ficha técnica”][tab]
Título: Big Eyes
Director: Tim Burton
Guión: Scott Alexander, Larry Karaszewski
Producción: Scott Alexander, Tim Burton, Lynette Howell, Larry Karaszewski
Dirección de fotografía: Bruno Delbonnel
Banda sonora: Danny Elfman
Reparto: Amy Adams (Margaret Keane); Christoph Waltz (Walter Keane); Danny Huston (Dick Nolan); Terence Stamp (John Canaday); Krysten Ritter (DeeAnn); Madeleine Arthur (Jane)
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Año: 2014
Distribuye: eOne
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Germán Esteban Espinosa
Lo único bueno de la sobrevaloradísima Malditos Bastardos (2009) fue que sirvió de trampolín a la carrera del actor alemán Christoph Waltz, que además ganó el Oscar por su excelente trabajo. Es impresionante lo bueno que es para encarnar cualquier tipo de personaje, desde los entrañables, como el que representó en Django desencadenado, hasta los cínicos, como el marido de Kate Winslet en Un dios salvaje (2011).
Su talento estriba tanto en su expresión corporal y el perfecto control de sus rasgos faciales, como en la rica tonalidad de su voz. En esta ocasión, representa al perfecto actante social. Es una sonrisa con patas, un perfecto comercial, un as de las relaciones públicas. Es el icono que representa a los individuos que aderezan todos sus discursos con unos dientes perfectos. Lo hace tan bien que no cae en el histrionismo que podría producir un personaje así, sino que lo transmite con un realismo completamente verosímil.
Gracias a Christoph Waltz, la película mejora notablemente. Tim Burton se reencuentra con Scott Alexander y Larry Karazewski, con los que escribió una de sus mejores películas, Ed Wood (1994), para rodar una obra atípica en su temática de autor. Pese a que hay ciertos rasgos que recuerdan a anteriores obras del director como las casas y el vestuarios de los años 50 y 60 norteamericanos, el resto de su estilo se diluye en la exploración de nuevos argumentos.
Para esta ocasión decide que la duración de la película se quede en 105 minutos, y la verdad es que lo hace bien, porque el espectador se quedará con ganas de más metraje, de más minutos con Keane en pantalla. La caracterización, el maquillaje y el vestuario de la cinta son magníficos. Transportan al espectador a una época pasada, llena de una fuerte misoginia y un reluciente vestuario masculino que contrasta con un horrendo gusto por la decoración.
Amy Adams está perfecta en su caracterización, pero sorprende lo fea que sale en la mayoría de sus películas, cuando en La gran estafa americana (2013), de David O. Russell, deslumbraba con su belleza. Su interpretación da realidad a la inocente y genial artista Keane, que escapa con su hija de la casa de su agobiante marido y prueba suerte con su pasión: la pintura de niños con ojos enormes.
La música de Danny Elfman, uno de los pesos pesados de la industria, cuyo trabajo nos ha dejado piezas tan inmortales como la música de apertura de Los Simpsons, hila canciones existentes con otras composiciones de su propio diseño para conseguir, por momentos, una atmósfera de cuento que añade matices de irrealidad a la cinta, que contrastan con otros instantes de hiperrealidad, lo que enaltece el valor artístico de Big Eyes.
Esta película aporta nuevos matices al estilo de Tim Burton y supone una alegría para sus seguidores, sobre todo teniendo en cuenta el aborto cinematográfico que supuso su Sombras Tenebrosas (2012), que podía pasar perfectamente por una película mala de sobremesa de Antena 3. No obstante, pese a la originalidad de la película y al soplo de aire fresco que aporta a su filmografía, Big Fish (2003) continúa siendo, de lejos, su gran obra maestra.
[toggle title=”Dato cinéfilo”] Como hemos dicho anteriormente, esta es una película insólita en la producción de Tim Burton. Es la primera desde 1996 en la que no aparecen ni Johnny Depp ni su recientemente exmujer Helena Boham-Carter. Además, es su segundo Biopic, que vuelve a ser escrito por los mismos que hicieron la película sobre el considerado “peor director de cine” Ed Wood.[/toggle]